domingo, 17 de junio de 2012

¿La noticia es una mercancía?

En la década de los 90 la ambición de poder de los gobernantes transformó en sicarios a muchos periodistas aprovechando su mediocridad y debilidad moral, y en mercenarios a la mayoría de los propietarios de medios de comunicación

Hoy es evidente que gran parte de la prensa todavía muestra los síntomas del amarillismo y que añora el tiempo en que le hicieron creer que era el “cuarto poder” de la nación, y por eso hace pataletas y boicotea toda acción de transformación que favorezca al pueblo, porque responde a intereses subalternos, egoístas, antipatrióticos. Tiene la marca de la bestia en la frente.
En realidad, esta falsa “prensa independiente” es solamente la herramienta de grupos de poder para mantener desinformados, entretenidos, estupidizados a sus lectores, pero “felices” porque les “entrega a precio de regalo” láminas educativas, cuentos, recetas de cocina, colecciones de libros o discos compactos (CD),  y además realiza sorteos gratuitos de automóviles y dinero. Como en la canción me pregunto: “¿Y cómo lo hace? ¡Yo no sé! ¿Cuál es el negocio? ¡Sepa usted!”, porque la mayoría se quedan colgados en los quioscos y no se venden a pesar de su bajo precio. Aunque hay algunos que tienen gran acogida, a pesar de que en nuestro país se lee poco. Para colmo, ¡circulan 26 diarios y varios semanarios!
¿Proxenetismo, prostitución o pornografía?

La televisión transmite noticiarios cuando la mayoría de la población se prepara para ir a trabajar o a estudiar, así que no puede apreciarlos, pero a la hora estelar en que podría hacerlo se brinda novelas, concursos de canto, enfrentamientos entre varones y damas, y los escándalos y chismes de la farándula. Lo actual, trascendente, orientador y educativo brilla por su ausencia. El canal del Estado debería ser una alternativa, pero no hay la intención ni la decisión de serlo. Para colmo se difunden muchos errores y horrores, pues la mayoría de medios han eliminado a los correctores y disminuido la calidad del contenido.

Un roce  y lloran, son intocables
Los comerciantes de la información se rasgan las vestiduras y hacen gran alharaca si alguna autoridad pretende regular su actividad, y sus accionistas, relacionados, favorecidos, proveedores y auspiciadores gritan al unísono; defienden con ferocidad “su” libertad de expresión o de opinión, pero se vuelven ciegos, sordos y mudos (aunque ríen por dentro) cuando atropellan los derechos ajenos, especialmente los de sus trabajadores.
¿Negocios son negocios o también tienen "pacto"?

Narran morbosamente los accidentes de tránsito, asesinatos, violaciones, violencia de género; anuncian catástrofes, siembran pánico y terror con endemoniados y vampiros; resaltan el machismo, la degeneración sexual y usan comercialmente la figura femenina; y mientras en una página dan consejos familiares,  en otras –sin descaro– promocionan a prostitutas, adivinos y hechiceros. Esto es lo que entienden por libertad de expresión. 
Se expone a la niñez. No hay fiscalización.

Los derechos de los niños, adolescentes, damas pudorosas, creyentes de alguna religión o la sensibilidad de personas con valores morales les importan un rábano. Como los mafiosos de las películas de “El Padrino”, repiten hipócritamente: “No es nada personal, sólo son negocios”, y tranquilamente van con sus familias a orar.

Raza de víboras
Piden y exigen que se diga la verdad, pero crean, inflan, tergiversan o esconden noticias si les pagan por ello. Las mañas aprendidas durante el fujimontesinismo no las olvidan.
Gobernaba Toledo cuando  comencé a laborar como corrector de textos en el diario que hoy dirige un rabioso extremista de derecha que dinamita todo lo que huela a cholo, andino, nativo, proletario, o parezca rojo, colorado, rosado, antiimperialista, nacionalista o zurdo, cuya frase “nosotros los pensantes” muestra su esencia facista, su soberbia por creerse superior y su desprecio por “los otros”. En la época a que me refiero, dicho diario peleaba el primer lugar en lectoría.
Un día de aquel entonces, en una extensa nota se informaba sobre las denuncias hechas contra una lotería grande porque su millonario premio mayor no había salido en más de un año. Había sido ubicada en la página central y por su importancia merecía ser parte de la portada. “Es la noticia”, me dije al terminar la corrección final. Media hora después me trajeron nuevamente la central, pero había sido modificada y el artículo en mención ya no estaba. Creí que para resaltarla sería publicada en una página delantera.
Al día siguiente, al revisar el periódico, me quedé asombrado porque esta noticia se esfumó, pero en cambio ¡había sendos avisos publicitarios de la lotería de marras! Intrigado revisé los demás diarios, pero en ninguno había siquiera una línea, aunque sí estaban los mismos anuncios. Una noticia como esta tendría que haber repercutido por varios días, pero en la prensa escrita, en la radio ni en la televisión pude captar una pizca. Poco después los puestos de venta de este sorteo comenzaron a disminuir y desaparecieron sin levantar ni dejar polvo.

De prensa popular a pluma rentada
Los diarios “Ultima Hora”, “Extra” y “El Popular” causaron sensación y tuvieron gran éxito por su estilo para presentar las noticias, pero la aparición de “El Mañanero” en 1992 deformó los conceptos. Se dejó a un lado la objetividad para rebuscar en la vida íntima de los protagonistas y hacer especulaciones y triangulaciones.
“La noticia es una mercancía. Sólo hay que saber venderla”, es la sentencia que caracteriza a este seudoperiodismo, que en su ignorancia cree que “espectáculos” significa “espectar culos” y exacerba los apetitos sexuales de sus lectores con sus imágenes. (Aclaro que no existe el verbo espectar, aunque hay periodistas que usan este barbarismo en vez de presenciar, admirar, ver, asistir, contemplar)
Se vende muerte, demonios y escándalos.

Como el gobierno de turno necesitaba apoyo popular para la reelección, los oportunistas crearon varios diarios, que se quedaban colgados en los quioscos pero que cumplieron la misión de destruir, desprestigiar o aislar a los opositores del régimen.
Juan Gargurevich anota lo siguiente en su artículo “La Prensa Chicha” (1):
"(…) El hecho es que en pocas semanas de campaña Fujimori saltó de la anécdota a competir con Vargas Llosa, quien hasta ese momento era considerado virtual ganador.
Fue el triunfo, dijeron, de un “outsider”, un recién llegado, elegido por masas que habían sido ignoradas por los observadores.
Uno de los productos de aquella etapa de convulsión social y política fue la nueva prensa “chicha” que aprendió a colaborar con la televisión sensacionalista, es decir, a reflejar en la prensa a los personajes populares, dramas de los noticieros, etc. de la llamada “pantalla chica”. Se acentuó entonces el triángulo Lector-Televisión-Prensa Chicha.
Pero también, y esta fue una de las características más saltantes de la etapa, la prensa chicha fue utilizada políticamente por el Gobierno, llegándose a extremos inéditos tanto en la historia general del periodismo como de la política. (…)
Varios diarios de corte “chicha” aparecieron en esos años combinando las noticias habituales de vedettes, escándalos y violencia, con campañas contra los enemigos políticos del régimen. Los periodistas que se prestaron a dicha práctica tenían la garantía de que nunca serían procesados porque el fujimorismo y el Servicio de Inteligencia también controlaban al Poder Judicial.
Gracias a esa impunidad circularon diarios de bajo precio como “El Mañanero” (1992), “El Chino” (1995), “La Chuchi” (1996), “La Reforma” (1997), “El Tío” (1998), “El Chato” (1998), “La Yuca” (2000), todos subvencionados por el gobierno, según se ha sabido con absoluto detalle después, cuando la Justicia recuperó su independencia y fue posible llevar a los Tribunales a los acusados por corrupción."
Se supone que preso el “Chino” y el “Doc”, y encarcelados los que se vendieron a ellos, estas prácticas desaparecerían, pero si los síntomas continúan es porque el mal persiste. La podredumbre, el pus, está debajo de la costra, y hay que sacarla para sanar nuestra sociedad. (Continuará)

Nota:
(1)   Ver:  http://blog.pucp.edu.pe/item/24665/la-prensa-chicha-juan-gargurevich

sábado, 16 de junio de 2012

Información, ¿nuevo opio del pueblo?



El medio no es el fin, el objetivo es llevar información veraz, objetiva, recreativa, educativa y, principalmente, trascendente, humanizante y que despierte el espíritu
 (Esta nota fue publicada en Globedia el 21-07-2009, hace casi tres años, pero la situación general sigue siendo la misma)
El manejo de la información es una de las mejores armas del sistema capitalista para dominar las masas. Es preferido por los liberales y especialmente por los ultras neoliberales, porque es menos visible y no causa escándalo como la represión policial o militar, aunque en sí es una represión intelectual o ideológica.
Mediante la manipulación informativa se adoctrina a los cachorros de los explotadores para que mantengan las cosas como están (el status quo) y se “adormece” a los ejércitos de explotados para que no cuestionen la situación. Por eso los emperadores romanos le daban al pueblo “pan y circo” para que, con la barriga llena y entretenidos, no tuvieran tiempo de cuestionar su realidad ni pudieran ver que ellos se comían la carnecita.

Libertad libertina
En el Perú, ahora los centuriones apristas le dan al pueblo “pan con libertad”... Pero, ¿de qué libertad se trata? De una que no toque la estructura del sistema, y de ese modo perdure por siempre. La libertad de ser democrático cada cinco años (aunque tengas que escoger lo menos malo), tener tu blog para que creas que opinas o perderte en los cuatrillones de páginas que hay en internet y así no encuentres información trascendente que despierte tu espíritu; también puedes elegir en la televisión ver a Magaly o a Beto, “luchar” enviando mensajes para que Gise le realice su sueño a quien tú decidas apoyar (como si fuera directamente a él o ella, pero sólo ayudas a financiar el programa), reír un poco con las sandeces de Bayly o llorar viendo como ayudan a una familia que sufre una vida extrema. Eso sí, se ayuda ¡una por semana! Es decir, 52 al año. Ni una más, porque si se ayuda a muchos, ¡la chusma se acostumbra y empieza a exigir cambios!

Muchos medios, ninguno entero
Así como en la televisión, con los periódicos sucede algo similar. Puedes elegir a La Primera un Correo o El Comercio que muestre como La República alcanza la admiración mundial por su crecimiento económico. Al menos eso dice El Men del Estado, aunque no tenga La Razón... Es Popular que, Sin Tapujos, El Bocón del presidente te haga El Chino cuento de que el Perú21 avanza hacia el desarrollo en un tren Expreso y los pobres disminuyen en el país porque se sacan la Tinka y la reparten entre sus vecinos, y no porque mueren de hambre, de frío o por viajar en bus o en combi.
Por otro lado, si eres Trome porque rezas y vas a la procesión en octubre, pero OJO, gustas del escándalo, el chisme, las “heroicas” fugas de los delincuentes, ver sangre y muertos en las carreteras o gozas conociendo la “interesante” vida de los gays y las intimidades de los figuretis que se sacan los trapitos sucios en público, debes sentirte orgulloso porque compartes tu preferencia ¡con cientos de miles de lectores!
También puedes leer Depor, Todo Sport y Líbero, que sólo escriben sobre fútbol y no les interesan los otros deportes aunque en ellos los peruanos ganemos medallas de oro, o La Tribuna, Antauro, Extra, Gestión, La Nación o Sol de Oro, de los cuales no opino porque no vale la pena. Son más de 26 periódicos los que existen en Lima, a pesar de que tenemos una de las lectorías más bajas de Sudamérica y algunos solamente son leídos cuando están colgados en el quiosco.
Pero, ¡Ajá!, y esto es lo que demuestra que no sólo la pornografía y la pasta básica de cocaína vuelve estúpidos a sus consumidores, TODOS, incluido el diario oficial El Peruano, ¡SE IMPRIMEN EN PAPEL CHILENO!

Publicidad, ¿la madre del cordero?
¡El Perú avanza!, es hoy por hoy el eslogan más difundido en todos los medios de comunicación. Parece ser que, al igual que en el primer gobierno aprista y como lo denunció Fujimori en su primer mensaje a la nación, el Estado es –otra vez– el mayor anunciante del país.
Gordillo, ¿otra vez la hiciste? ¿Que quién es Gordillo? Un compañerito aprista que supo “agenciarse” cuando los doce apóstoles de Alan lo pusieron a la cabeza del diario HOY, es decir, creó algunas agencias de publicidad para “canalizar” los avisos generados por las entidades del Estado. ¡Quince por ciento de comisión, libre de polvo y paja!
¿Cuánto dinero de todos los peruanos gasta en su campaña publicitaria el gobierno aprista ahora? ¿Alcanzaría para devolver sus aportes a los fonavistas? Tal vez, o quizá hasta alcance para completar la construcción del tren eléctrico y así no culpen al gobierno del “Chino rata” de haberse negado a culminar la obra por mezquindad política, como aseguran en una página web.
Hermanos, ¡hay mucho que hacer!... y mucho por conocer.

Monumento a la Soberbia Política. En la cuadra 13 de la avenida Arenales de Lima, sobre propiedad del IPSS, con dinero de todos los trabajadores fue edificado en 1987, durante el primer gobierno de Alan. Veinte pisos de estructura inútil porque el terreno en que se asienta es débil, y ocuparla causaría su derrumbamiento.
Se parece a algunas personas y agrupaciones políticas peruanas: grande y notorio, pero vacío, inútil y sin que nadie sepa cómo apareció pero está allí. Una pinta prometedora pero sin futuro porque sus bases son débiles.
Todos los políticos y aquellos que ocupen un cargo público, al iniciar su gestión deberían pararse ante esta estructura, a fin de que sientan lo inmenso, visible e irreparable en que pueden resultar las decisiones que tomen si se fundamentan en la “coimisión”.
Nota de Redacción: El IPSS se llama ahora EsSalud. Me han informado que la fecha de edificación que señalo es errada, pues habría sido construido durante el gobierno de Morales Bermúdez. Sea quien fuere el culpable, ha desperdiciado, ha malgastado el dinero de los trabajadores y se merece una sanción. Para que no quede impune, el Congreso, la Defensoría del Pueblo, la Fiscalia de la Nación o el actual Directorio de EsSalud debería investigar quiénes son los responsables y emitir una sanción, aunque sea moral.

viernes, 8 de junio de 2012

La deuda aprista

¡Es inmensa! Por eso duele en el alma cuando, soberbios, se ufanan de “sus obras” y envanecidos afirman que “gobiernan para los pobres del Perú”
Nació en 1896, un año después de Víctor Raúl. Fue un 14 de enero, día del gráfico, como si Carlos Hilario hubiera sabido que a eso se iba a dedicar en su madurez y que su hijo mayor, Carlos Manuel, también lo haría.
De padre limeño y madre huanca, del pueblito de Sincos, en su niñez fue acólito y por eso rezaba el Padrenuestro en latín. En su adolescencia fue aprendiz de zapatero, pero posteriormente en una imprenta aprendió todo lo relacionado con las artes gráficas, para decidir hacerse tipógrafo, pues los cajistas ganaban más, debido a que les exigían que además de conocer el oficio tenían que tener buena ortografía y cultura general. Era autodidacta, gran lector.
Ya casado y con muchos hijos, en la imprenta de Torres Aguirre, ubicada en la cuadra seis del jirón Ica de Lima (donde después funcionarían los diarios Expreso y Extra), se haría linotipista.
Fue aprendiz de zapatero, pero después aprendió todo lo relacionado con las artes gráficas. Era autodidacta, gran lector. Aquí entre el personal de la Casa Editora "Torres Aguirre", que fue premiada con medalla de oro por la Municipalidad de Lima en el aniversario nacional de 1929.
Trabajó muchos años en el taller de los parlamentarios Torres Aguirre, quienes editaban el Diario de los Debates del Congreso. Como solicitó le mejoren las condiciones económicas y no fue atendido, decidió independizarse y presentó su renuncia. No pudo irse inmediatamente, pues los dueños lo habían declarado "Trabajador indispensable" según una patronal ley vigente que también establecía que tenía que "permanecer seis meses para preparar a su reemplazo" .
Con su saliva hizo en el piso 
una cruz y poniendo una mano 
sobre ella juró que nunca 
tocaría una máquina si no era de él.

Faltando unas semanas para cumplirse el plazo, los días se hicieron muy largos para él, pues la ley de marras establecía una serie de "faltas graves" por las que podía perder su liquidación e irse despedido sin un sol. Los dueños hasta le ordenaron a uno de sus compañeros que le buscara pleito, y que por ello recibiría una bonificación. (Cualquier parecido entre estos congresistas y algunos actuales no es coincidencia, es su esencia)
Finalmente, el último día de su tortura concluyó. Se arrodilló junto al linotipo en que trabajaba, con su saliva hizo en el piso una cruz y poniendo una mano sobre ella juró que nunca tocaría una máquina si no era de él. Los dueños, allí presentes, se rieron a carcajadas, y le dijeron: "¡Qué ingenuo! Mira a Fulano y a Zutano, también se fueron y tuvieron que regresar".

Contemporáneo
Por su parte, Víctor Raúl, procedente de una familia acomodada, se educó en universidades de Lima y Londres. Sus actividades políticas se centraban en la idea de extender la educación a las clases trabajadoras. Oponerse a la dictadura de Leguía lo llevó a la cárcel, de donde salió tras una huelga de hambre para exiliarse en México (1923-30).
Allí fundó en 1924 el APRA (Alianza Popular Revolucionaria Americana), un partido populista de ideología nacionalista, antiimperialista y anticapitalista. Regresó al Perú tras el derrocamiento de Leguía, participando en las elecciones de 1931; pero la victoria le fue arrebatada por Sánchez Cerro, que lanzó la persecución del APRA, encarcelando a su líder (en 1933 Sánchez Cerro sería asesinado por un exaltado aprista).
Se iniciaba así un largo periodo de persecuciones, coincidiendo con la sistemática vulneración de las libertades en el Perú del siglo XX: en 1936 tuvo que exiliarse de nuevo al ser anuladas las elecciones en las que había triunfado el candidato apoyado por el APRA. Regresaría a la actividad política en 1943.

Entre tinta y papel
Más o menos en esta época, Carlos Hilario inició su imprenta en la sala de la casa que alquilaba, con una máquina de palanca, un chivaleti y algunas cajas de tipos. Como no tenía guillotina, cortaba el papel a mano, empleando una chaira de zapatero. Fue un duro comienzo...
Con mucho esfuerzo y la ayuda de algunos de sus hijos –especialmente de Lucho, quien hacía diez mil impresiones diarias en la máquina de palanca– salió adelante. Por su parte, "El Cachorro", Carlos Manuel, también linotipista, ganado por las ideas apristas había distribuido "pan con libertad" (el diario La Tribuna) y fue miembro de la "Guardia plateada" hasta el día en que Haya se asiló en la embajada de Colombia en Lima a raíz del golpe de Estado de 1948. Los miembros de su célula no pudieron aceptar que "El Jefe"’ buscara la protección del país que arrebató el trapecio de Leticia al Perú.
"El Cachorro", por su sapiencia 
como dirigente sindical y
los lentes que usaba,  
pasó a ser "El búho".


Sacrificio y trabajo
Cuarenta años después, con mucho trabajo, ingenio y sacrificio, Carlos Hilario vivía de sus rentas, pues había acumulado una fortuna de 2,7 millones de soles, que guardaba en cuentas de ahorro. Hacían ya tres años que gobernaba Alan Gabriel Ludwig y Luis Alva Castro era el ministro de Economía y Finanzas, aunque, al parecer, este último creía que la cartera que ejercía era "de Gastos y Fianzas" .
Para "refrescar" el gabinete ministerial, "Caballo Loco" movió uno de sus "peones descartables" . Había sido ministro del Interior (1985) y de Energía y Minas (1987), y lo sería de Economía y Finanzas menos de tres meses, del 2 de septiembre al 27 de noviembre de 1988.
Cataclismo
Cuatro días después de su nombramiento, el martes 6, Salinas Izaguirre anunció el "sinceramiento de precios", hipócrita frase aprista con la que se produjo un cataclismo económico financiero que causó más víctimas que el reciente sismo en Haití porque afectó a los peruanos durante varios años.
Debido al "Salinazo" de Caín..., perdón, de Abel, Carlos Hilario vio esfumarse su fortuna por la cruel devaluación monetaria y los últimos cuatro años de su vida tuvo que depender de una de sus hijas. ¡Cuarenta años luchó por evitar este final, sin saber que unos inefables sujetos lo tumbarían en su ancianidad! Finalmente expiró pocas horas después de la captura de Abimael Guzmán.
Como la de Carlos Hilario, hay muchas historias con finales infelices causados por el primer gobierno de Alan Gabriel. ¡La deuda de los apristas es inmensa! Por eso duele en el alma cuando, soberbios, se ufanan de "sus obras" (tremendo faenón) y envanecidos afirman que "gobiernan para los pobres del Perú".
Nota de redacción:
Esta historia es tan cierta como que Carlos Hilario era mi abuelo, y Carlos Manuel, mi padre.
Los datos referentes a Haya de la Torre y al APRA han sido tomados de www.biografiasyvidas.com.
Este artículo fue publicado en Globedia el 14 de enero de 2010.